
21 Feb Qué debe considerar un vendedor al comprar una vivienda recientemente heredada
Una situación común que puede ser una fuente de serias complicaciones es la compra de una propiedad heredada. En estos casos, es importante tener especial cuidado cuando la herencia proviene de un familiar, como un hermano o un tío, ya que la Ley Hipotecaria establece limitaciones en cuanto a la posibilidad de hipotecar el inmueble dentro de los dos años posteriores al fallecimiento del propietario original. Esto significa que, si el comprador necesita financiar la adquisición mediante hipoteca, el banco no le otorgará el préstamo, lo que afecta tanto al comprador como al vendedor. En Barcelona Flat Hunter te explicamos cuáles son las consideraciones a tomar al comprar una vivienda recientemente heredada.
Esta limitación, que no siempre aparece en la nota simple, se considera una “limitación legal” y no una “carga”, lo que genera sorpresas a muchos compradores que creen poder comprar al contado. Sin embargo, si adquieren la propiedad, deben asumir el riesgo de que, dentro de esos dos años, un heredero legítimo pueda aparecer y reclamar la propiedad, anulando la venta. En ese caso, el comprador perdería el inmueble frente al heredero real, aunque podría demandar al heredero “aparente” para recuperar el dinero pagado, los costes judiciales y los gastos del contrato.
El artículo 28 de la Ley Hipotecaria establece que las inscripciones de propiedades heredadas no tienen efecto frente a terceros hasta dos años después del fallecimiento del titular, con algunas excepciones, como las herencias de “herederos forzosos”. Estos herederos incluyen a los hijos, padres y, en su caso, el cónyuge viudo.
En cuanto al cónyuge viudo, sus derechos dependen de las circunstancias familiares, como la existencia de descendientes o ascendientes. Si no hay otros herederos, el cónyuge tiene derecho a un usufructo vitalicio de una parte de la herencia.
Por otro lado, la herencia se divide en tres partes: la legítima, que debe ser destinada a los herederos forzosos; el tercio de mejora, que permite al testador beneficiar a ciertos herederos; y el tercio de libre disposición, sobre el cual el testador tiene total libertad.
Si el comprador no quiere asumir los riesgos, una opción es realizar un arrendamiento con opción a compra, esperando a que pase el plazo de dos años antes de formalizar la adquisición.
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